La noticia sorprendió a muchos habitantes de Chihuahua: la sucursal de City Club ubicada en el Periférico de la Juventud fue clausurada por la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris) tras detectar la presencia de ratas, cucarachas y excremento de aves en diferentes áreas del establecimiento. Lo que para algunos fue motivo de alarma, también abre la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la vigilancia sanitaria y de cómo las instituciones, cuando actúan, pueden contribuir a un entorno más seguro para todos.

El cierre se dio luego de denuncias ciudadanas que advertían sobre fauna nociva en pasillos y almacenes. Inspectores confirmaron los reportes al encontrar evidencias de plaga en la bodega y en tarimas de productos. La medida preventiva se tradujo en la colocación de sellos de suspensión en la entrada del lugar. Aunque el impacto inmediato es la incomodidad de no poder acceder a un centro comercial habitual, lo positivo es que se actuó con rapidez y firmeza para garantizar que los consumidores no estuvieran expuestos a un riesgo mayor.

City Club tiene ahora un plazo de cinco días para corregir las deficiencias y cumplir con las normas de higiene establecidas. Será necesario fumigar, limpiar y asegurar que todas las áreas estén libres de riesgos antes de poder reabrir al público. El mensaje es claro: no importa el tamaño o la importancia de una empresa, la salud de los ciudadanos está primero.

La clausura también trae consigo un recordatorio alentador: la participación ciudadana es vital. Fueron las denuncias de clientes las que detonaron la inspección. Eso demuestra que, cuando la gente se involucra, es posible generar cambios y obligar a que los establecimientos eleven sus estándares. Lejos de ser motivo de miedo, la experiencia puede convertirse en un paso hacia mejores prácticas que fortalezcan la confianza entre consumidores y comercios.

Es cierto que ver las cortinas de un lugar tan concurrido cerradas sin previo aviso generó inquietud. Sin embargo, la transparencia en la acción y la exigencia de mejoras son el camino correcto. En la medida en que más negocios entiendan que las normas sanitarias son una condición indispensable, se construirá una cultura de consumo más segura y responsable.

Desde Buen Día Chihuahua creemos que cada inspección y cada medida preventiva son semillas de confianza para la ciudadanía. Lo sucedido en City Club no debe quedarse en el recuerdo de un cierre inesperado, sino en el aprendizaje de que con vigilancia, responsabilidad y participación, Chihuahua puede tener espacios comerciales más limpios, saludables y confiables.

En Buen Día Chihuahua creemos que donde hay acción ciudadana y respuesta institucional, hay esperanza de un futuro con comercios más seguros para todas las familias.